Es un tratamiento no quirúrgico en el que se usa terapéuticamente el anhídrido carbónico (CO2) por vía percutánea, subcutánea o intradérmica.
Se aplica para reducir los tejidos grasos mediante la ruptura de la membrana de la célula grasa, y para rejuvenecimiento cutáneo mejorando notablemente la elasticidad de la piel.
La terapia consiste en microinyecciones de CO2 médico en la zona a tratar, mediante una fina aguja conectada a un aparato que regula la velocidad del flujo, el tiempo de infusión y la dosis.
Este gas no representa ningún peligro, puesto que es el mismo que expulsa nuestro cuerpo a través de la respiración.
Los tratamientos suelen ser de varias sesiones, que generalmente se realizan dos veces a la semana. Cada sesión requiere unos 20 minutos y el paciente puede reanudar sus actividades habituales inmediatamente.