La técnica de hilos tensores es un procedimiento de rejuvenecimiento facial que se emplea para elevar las cejas eliminando las arrugas en las patas de gallo, levantar los pómulos disminuyendo los surcos nasogenianos (rictus), y recuperar la línea del cuello que se pierde con el paso del tiempo.
Cada vez es mayor el número de hombres y mujeres que disfrutan los beneficios de este procedimiento que por sus resultados naturales se ha convertido en la opción ideal.
La técnica de la suspensión por hilos tensores responde a la necesidad de procedimientos mínimamente invasivos de rejuvenecimiento facial que utilizan pequeñas incisiones. Mediante este procedimiento reposicionamos los tejidos que por acción de la gravedad, pérdida de peso, el paso natural del tiempo, enfermedades o el uso de ciertos medicamentos han resultado debilitados y necesitan reacondicionarse a la estructura del rostro.
Los hilos son totalmente reabsorbibles y permiten tener mayor seguridad y una mínima capacidad de invasión en comparación con los procedimientos de cirugía estética tradicional.
No hay necesidad de ningún tipo de incisión, ya que el hilo se inserta a través de una cánula de aguja, proporcional a la longitud del hilo, permitiendo de este modo que el paciente vuelva a su ritmo de vida habitual inmediatamente sin ser sometido a tiempo de inactividad. Puede utilizarse crema anestésica o frío local.
La duración del procedimiento es de 20 o 30 minutos.
Los efectos se pueden ver en los primeros días después del tratamiento, mientras que la duración será de aproximadamente 1 año. Además de un efecto de elevación, las mejoras en la textura de la piel serán apreciadas gracias a la continua revitalización provocada por el hilo.